Diario de un Bosque
Registro vivo del paisaje acústico del 100×100×100
Diario de un Bosque es una intervención en proceso que registra las voces cambiantes del territorio 100×100×100 a lo largo de todo el día y la noche, construyendo un archivo vivo de su paisaje acústico. Cada grabación revela cómo el entorno cambia según la hora, el clima y la intensidad de la vida que lo atraviesa.
Al amanecer, el bosque despierta en un estallido de pájaros que cantan al unísono, tejiendo un coro que marca el inicio del día. En el mediodía emergen los ruidos de la vida cotidiana, pájaros, gallinas, ovejas y el paso lejano de algún vehículo. Al caer la noche, el territorio se transforma: rteros en guardia, grillos, ranas y los ecos de la cárcel del cerro, componiendo un paisaje más denso, casi hipnótico.
El proyecto invita a escuchar el territorio como un organismo expandido: vibraciones, presencias, ausencias, resonancias y microeventos sonoros que configuran un ecosistema que no siempre se ve, pero siempre se oye.
Actualmente en desarrollo, Diario de un Bosque se construye como un archivo abierto y en movimiento, una forma de habitar el bosque a través de la escucha.
Diario de un Bosque - 00h: Medianoche en el tajamar
Los grillos marcan el ritmo mientras se oyen animales del tajamar . Más atrás, vacas que se quejan suavemente. Un paisaje nocturno denso pero tranquilo.
Diario de un Bosque - 02h: Los trasnochadores
Un grillo sostiene la noche junto al ladrido lejano de un perro y el viento que cruza el bosque. Una música distante acompaña este paisaje. Es como un mediodía sonoro, pero sin pájaros, en pausa.
Diario de un Bosque - 10h: Viento entre las hojas
El viento mueve las hojas de los árboles de forma constante. Al fondo se escuchan pájaros, gallinas y el paso lejano de algún coche.
Diario de un Bosque - 12h: Cortina de agua al medio día
Una cortina densa de gotas cae constante, marcando un ritmo que envuelve al bosque. El sonido se expande como una textura continua que diluye todo lo demás.
Diario de un Bosque - 13h: Vida doméstica al calor del mediodía
Pájaros, gallinas y ovejas se mezclan en un sonido cotidiano y cercano. Un coche pasa a lo lejos, sin romper la calma del momento.
Diario de un Bosque - 15h: Despiertan los insectos con el calor
Las chicharras empiezan a vibrar y llenan el aire. Los pájaros responden, ocupados en su búsqueda de comida bajo la tarde caliente.
Diario de un Bosque - 17h: Tranquilidad de media tarde
La escena es tranquila: algún pájaro suelto, insectos dispersos y una tórtola que aparece de vez en cuando. Es la hora más silenciosa del día, cuando el bosque baja el pulso.
Diario de un Bosque - 19h: La tarde cae, teros en guardia
Los teros anuncian su presencia mientras otros pájaros cierran el día. Los grillos y las ranas empiezan a despertar, marcando el inicio de la noche.
Diario de un Bosque - 20h: Crepúsculo con ecos del cerro
Los gritos que llegan desde la cárcel resuenan en la distancia y los perros responden. Grillos y ranas sostienen el fondo mientras la noche termina de instalarse.
Diario de un Bosque - 22h: Noche llena y despierta
Grillos y ranas lo ocupan todo con su sonido intenso. Entre ellos se cuelan aves nocturnas que atraviesan la oscuridad con sus llamados.
Intervención de Borja Minaya y Carmen Rodríguez (España).
Creadores escénicos españoles que llegaron a Sudamérica para iniciar una vida nómada y dedicar su camino a la investigación y creación escénica. Su práctica se orienta a las dramaturgias del territorio, la percepción y las formas sensibles de habitar un lugar.
Esta intervención forma parte de la pasantía de gestión cultural y creación que realizaron junto a Tamara Cubas en el Museo de la Madera (MUMA), Rivera, durante el último trimestre de 2025, donde profundizaron en la escucha como herramienta de pensamiento, creación y vínculo con el entorno.
